Pese a lo que pueda parecer en un
principio, navegamos con un rumbo bien claro
Quedó constancia de los puntos
conflictivos, donde las tormentas arrecian hasta destrozar las naves. La
tripulación indeseable se quedó en el último amarre. Somos pocos pero no nos
tememos, sentimos nuestras espaldas bien cubiertas
Sabemos desenmascarar a los
tramposos y como cobrar la deslealtad
Recapitulando, la última travesía
resultó productiva pese a las pérdidas.
Las pocas ganancias fueron tan grandes
que durarán toda la vida.
Hoy, la tormenta se disipa y un
nuevo cielo nos cobija
Tengo visiones de grandes logros,
de metas conseguidas, de carencia de ceños fruncidos y abundancia de caricias.
Taniuja, navegando...
® Tania Evans
® Tania Evans
Tormenta de caricias,
ResponderEliminarPupilas dilatadas que derrochan vida
Aguas surcadas de deseo…
Navegaré a tu lado por el mapa de tu piel.
Y acunadas por las olas
las lenguas bailaran en los besos lujuriosas …