Caminabas, antesdeayer, con tu
cestillo repleto de margaritas
Deslizando Teoremas al oído con los
que ahogar la rutina
Balanceando tu prosa desde el
Trapecio más alto
Ayer, atravesó la tierra tu alegría
Quedó enredada entre raíces y
piedras sin rostro
Apagada con el silencio de la
certeza que la ciencia adelanta
Hoy, regresaste a mis brazos
Malherido el corazón y el
entendimiento
Duro el oído y la razón
Te regalo mi boca repleta de versos
incompletos
Para que los terminemos juntos
Te regalo mi oído exigente
Para que lo despiertes con tus
caricias
Te regalo mis manos vírgenes
Para que las “conozcas” ...
Desde mi escritorio hasta tu cama
Desde mi alma hasta tu alma
Veo tus margaritas y subo veinte
Lilias encarnadas.
Tania, recordando a RA.
® Tania Evans