Hurto a "mano amada"


Hoy he ido a comisaría
decidida a denunciar al vecino del cuarto
por hurto a mano amada como diría Don Ángel

Me han mirado con los ojos muy abiertos
no sabiendo muy bien si reír o llorar de la risa

Pero llámame tonta
de verdad
yo no sabía
que se podía (ojo y es lícito)
robar el aire con una sonrisa


® Tania Evans

Esta noche las sirenas aúllan algo más que urgencias



Te contemplo dormida sobre la cama deshecha, 
cómplice necesaria en esta revolución callada
que estalló al devorarnos, víveres con hambre

Te miro
y el balanceo de tu dormir con sueños
convierte las pecas de tu espalda en una galaxia
de la que quiero investigar en profundidad
origen, contenido y forma de cada estrella.

Sonrío
un gesto que no repetiré cuando despiertes
para no creer que es posible lo imposible.
Porque los dos sabemos que no me pertenezco,
que toda noche muere en la mañana
y la verdad nunca nos hizo libres.
                                                         
Me miras
respiro a lluvia reciente y tierra mojada,
me rindo a la locura que me muerde 
y extiendo las alas para abarcar entera
esa galaxia roja y tuya, recién descubierta.

Pestañeo y te pierdo. 
              
Ni siquiera ha sido un sueño.

Me la ha vuelto a jugar 
esta imaginación ilegal por contrato 
que te tengo.

©Tania Evans
Extracto poemario Imaginación ilegal

Desnuda










Perdida ante este mar que no sé si me abraza
o simplemente susurra reclamando silencio
para que me duerma acunada en su bruma

No es un mar cualquiera,
es un mar hermano, sanguíneo
un mar que se ha llenado de mí 
en cada travesía de esta agitada vida

Los restos de naufragios impregnan mis piernas
cubiertas de arena y salitre de tanto echarte de menos hoy
en esta isla que no me atrevo a abandonar por si regresas

Miro hacia delante sin verte
apenas rozándote en un recuerdo que se desdibuja
azotado por este viento de silencios que me aterra

Las olas muerden algo más que la orilla
también desgarran mi piel
como el agua que vierto me desnuda
dejándome ambas en cueros, vacía
Sola, con esta boca hambrienta
sin víveres que calmen este hambre que te tengo,
este ayuno auto impuesto sin exigencias

Pero recojo la sal,
la guardo en un pañuelo hecho de este mismo mar y viento
y te miro
decido, solo por hoy, abrazarte de nuevo
y alejarme de este frío-calor que me roba el juicio y el aliento.

Te espero en esa tierra de nadie que son los sueños.

©Tania Evans
Extracto poemario Imaginación ilegal