Contigo, todos los veranos, habitan en mi piel.

Pasan los días 
con menos pena 
y más gloria.
Será 
que mi carne 
olfatea que te acercas
con ese silencio 
que me deja sorda 
cuando me miras.

Mi insomnio
lo sabe.

“Coritos”
caeremos dormidos
después 
del fuego.


© Tania Evans, Imaginación ilegal